Meditaciones para empezar el día (OSHO)

Segundo mes - nuestros ojos interiores están llenos de polvo

El hombre ha vivido demasiado tiempo en guerra. En el exterior lucha contra los demás, en el interior lucha contra sí mismo, como si solo conociera una manera de vivir que fuera luchar. En nombre de la política luchas contra los demás, en el nombre de la religión luchas contra tí mismo. Por eso hemos creado la infelicidad. La lucha no puede proporcionar paz. Tienes que aprender a abandonar todos esos patrones de lucha constante.

Mi visión es la de la no-resistencia, la de la no-lucha. No hace falta la lucha porque esta es nuestra existencia, somos parte de ella. No es nuestra enemiga, no está contra nosotros, no nos va a devorar. Nos ha dado la vida, nos alimenta, es muy amigable, muy maternal. Tu cuerpo es un amigo, y tu mente también; sólo tienes que saber como usarlos.

Permite que esta sea tu base: se amigable con la existencia, en el exterior, en el interior, se amigable con todo el mundo, también contigo mismo, que es lo más difícil...La gente no se quiere a sí misma. Es lo último que hacen. Es fácil amar al enemigo; es muy difícil amarse a uno mismo. Te conoces demasiado bien, ¿cómo te vas a amar? Sin embargo, aquel que es capaz de amarse así mismo, es capaz de amar a todos. Ámate a tí mismo, y estarás abocado a amar a tus enemigos y a todo el mundo. Si te puedes amar a tí mismo habrás cumplido la condición básica del amor, y del amor surge la paz. La paz es la puerta a través de la cual empezamos a recibir nuestros mensajes de Dios.