martes, 10 de julio de 2012


Época de vacaciones


Vivir el presente siempre
Bon voyage
Cuánto tiempo dedicamos a preparar las vacaciones y cuánto dinero nos gastamos, eh?
Pero resulta que cuando llega el momento de hacer las maletas y salir, empiezan los nervios y las preocupaciones.

Llegamos al hotel y es mucho peor de lo que imaginábamos, y la comida….buf, ¡qué horror!
Encima todo el día nublado, van a salir fatal las fotos.
Cuando nos queremos dar cuenta ya es el último día de vacaciones y tenemos que volver.
¡Nos hemos pasado las vacaciones protestando y de mal humor!

Te resumo mis primeras vacaciones después de mi gran cambio personal y espiritual:
-      El avión llevaba retraso.
-      Llegamos de madrugada y sin cenar.
-      El hotel era mucho peor de lo que su categoría (cuatro estrellas).
-      Un calor sofocante y colas interminables para visitar los monumentos.
¿Cómo me afectaron estos acontecimientos?
No me afectaron lo más mínimo.
Aproveché el retraso del avión para relajarme y disfrutar de la conversación con mi compañero de viaje.
El hotel, la comida, el calor…no son la parte más importante de mis vacaciones.
¡Lo más importante es ser!
- A la vuelta, en la cola de facturación no dejé colarse a una señora y a toda su familia.
¿Cómo se me ocurrió no dejarle pasar? Quizá fue mi error.
Eliminar el ego
Empezó a gritarme, a insultarme, a faltarme al respeto…
¿Sabéis que obtuvo la señora?
NADA. No le grité, no le insulté, no le falté al respeto.
Apliqué lo que escribí en post anteriores: la eliminación del ego.

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